martes, 10 de julio de 2012

Subida al puerto de la Graja

     Salida 28                     Distancia: 20,08 km / Duración: 2,00 h  / Desnivel Acumulado: 980 m    

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    El puerto de la Graja se encuentra en la banda central de la Sierra de Mijas y es uno de los pasos naturales entre las vertientes norte y sur de la esta cordillera. Está dentro del término municipal de Mijas y es el encuentro de las pistas forestales que vienen de Alhaurín el Grande, Alhaurín de la Torre y Mijas. 



    He salido desde el llano que sirve de aparcamiento al comienzo de las pistas de Jarapalos, ya pasada la entrada a las instalaciones del tiro al plato. He subido por la pista de los Presidiarios que lleva hasta la fuente de la Higuera o fuente de Jarapalos con la intención de seguir conociendo los siguientes tramos que llevan hacia Mijas y Alhaurín el Grande. 




    Superada la fuente, camino ya conocido, he tomando la pista a la izquierda mirando hacia el oeste,  que sigue subiendo en dirección oeste.  Los primeros metros discurren entre un denso pinar en el que abundan los pinos resinosos cuyas gruesas y recias agujas, ya desprendidas de las ramas, van formando unas bandas anaranjadas en los bordes de la pista. 





 Vienen después un par de tramos de dependiente acusada y terreno bacheado con mucha grava y piedras sueltas. En estos tramos la vegetación es más baja formada por arbustos: lentiscos, chaparros y algunos enebros. 





    Superada esta parte se alcanza una zona llana que se agradece después del esfuerzo realizado y nos hacer un alto para recuperar  fuerzas y poder contemplar las vistas. Aquí estamos a una altura por encima de los 760 metros. Volviendo la vista hacia atrás se tiene una panorámica extensa de la Olla de Málaga con el monte La Maroma, en el límite entre Málaga y Granada, como fondo.






    Mirando hacia delante tenemos en primer plano a la derecha el Tajo de las Minas y al fondo la cuerda  de la sierra que divide a esta en sus dos vertientes norte y sur . Desde aquí ya se puede ver el bocado en la montaña que ha producido la cantera de Las Arenas. Estos tramos llanos ya se encuentran dentro del municipio vecino de Mijas, por donde sigue discurriendo la pista. 

    Un poco más adelante, si nos asomamos al margen derecho de la pista y miramos hacia abajo podemos ver el fondo de la cañada de unos de los dos arroyos que forman más hacia abajo el arroyo de las Minas. El pinar que crece en este lugar es denso y muy frondoso.


 



    Viene inmediatamente una ligera y corta bajada que discurre nuevamente entre altos pinos carrascos que sombrean a esta hora de la tarde toda la pista. Aquí afloran rocas en el firme que con sus salientes nos hacen concentrar la mirada de nuevo en el terreno que recorremos. 




    Unos metros más adelante nos encontramos el comienzo de una pista que sale a nuestra izquierda y sube hacia el monte Valcázar que es el que estamos bordeando y dejamos a nuestra izquierda. Está cerrada con una cadena y  queda pendiente para conocerla en una futuras salida.





    Sigue después una tramo llano de cómodo firme y suaves curvas. Este lugar es de especial belleza y con la inclinada luz del atardecer, los juegos de sombras contrastan las formas y realzan el paisaje. Volviendo la mirada hacia el camino recorrido se tiene una vista de uno de los pechos del cerro Valcázar que hemos rodeado y de fondo, asomando como siempre, las lejanas sierras del norte de la provincia.






    Se llega ya a la encrucijada del Puerto de la Graja, en cuyas cercanías encontramos la cadena que debiera cerrar el paso a vehículos a motor pero que la encuentro tendida en el suelo. En esta zona comienzan a verse más variedad de árboles y encontramos chaparros, jóvenes encinas y algunos algarrobos. 




    En el cruce de caminos nos recibe un magnífico ejemplar de pino piñonero que a modo de hito marca este punto de manera inconfundible. Aquí se encuentran la pista que sube desde la zona Este de Mijas con la que nos ha traído desde Alhaurín de la Torre y la que nos lleva a Alhaurín el Grande que continúa por la sierra dirección oeste. Este puerto está situado a 745 metros de altura. 






    Aquí el pinar parece más joven y convive con esbeltos acebuches, delgados chaparros y elevados lentiscos. También hay un par de cipreses jóvenes que parecen invitados entre este tipo de vegetación. Sigo recto tomando la pista que lleva hacia Alhaurín el Grande. El sol está cada vez más bajo pero la curiosidad por seguir conociendo esta zona me hace apurar el tiempo de luz que queda. 





     Tras una muy corta bajada seguimos subiendo entre pinos alcanzando de nuevo un largo tramo prácticamente llano que rodea el cerro del Tajo de las Minas. En el punto que este se orienta hacia el oeste, nos presenta esta escena del pinar a contraluz que, complementada con la serenidad del lugar, produce una agradable sensación de placidez y relajación. Estos tramos discurren ya por encima de los 800 metros de cota.





    Más adelante nos encontramos una pista que sale, casi perpendicular, hacia la izquierda orientación este. Encontramos un depósito, posible almacenamiento de agua para trabajos forestales o contra incendios.  Decido no continuar y seguir conociendo la pista en otra salida, pero si hago una incursión en la pista de la izquierda.






    Al avanzar unos metros, entre un espeso pinar con aspecto de no haber sido nunca saneado de sus ramas bajas y que forma una malla impenetrable, llego a una curva donde me sorprende la vista del mar. El Mar Mediterráneo, que visto desde aquí parece un inmenso océano que remarca, con su recto horizonte, el relieve de las montañas.






    La contemplación del mar ayuda a construirse una idea de la anchura de la sierra y parece cambiar por completo la sensación, sintiendo encontrarse en un lugar distinto  a pesar de saber que tipo de lugar se está recorriendo. Tras permanecer un rato absorto en la inmensidad del mar, tomando conciencia de lo breve y minúsculas que son otras naturalezas, decido volver pues los rayos de la tarde van desapareciendo y con ellos la claridad del camino.





    El regreso se va llenando con nuevas inquietudes sobre los caminos aún por completar y me emplazo a nuevas salidas. Rehacer el camino recorrido pero en sentido opuesto permite ver lo anterior desde otra perspectiva y tener un más completo conocimiento de los vivido. La vuelta es una etapa de recapitulación, de reafirmación de lo experimentado: luces, olores, esfuerzos, y se tiene la viva e íntima sensación de estar construyendo recuerdos.    




Fuentes:

Cartografía del Centro Nacional de Información Geográfica

"Sierra de Mijas. Guía del Excursionista", Juan Morente Jiménez; Editorial La Serranía

Visor Google Earth


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Bokerón Montaraz






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