Todos estos parajes se encuentran dentro del Parque Natural de las Sierras Tejada, Almijara y Alhama. Estas tres sierras que componen un grupo montañoso que se encuadra dentro de las sierras penibéticas. Se encuentra distribuido entre doce municipios: Alhama de Granada, Arenas del Rey, Jayena y Otívar en la provincia de Granada, y Alcaucín, Canillas de Aceituno, Canillas de Albaida, Cómpeta, Frigiliana, Nerja, Salares y Sedella en la provincia de Málaga. Tiene una extensión de 40.662,95 Ha, en su mayor parte monte público, siendo el resto de titularidad municipal y privada. Posee también las figuras de Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección de Aves. Fue declarado parque natural en el año 1999 y forma parte de la Red Ecológica Europea Natura 2000.
Constantemente van apareciendo pequeños arroyos que bajan con aguas cristalinas y en los que se asoman loa árboles ya con colores de otoño componiendo pequeños escenarios llenos de encanto.
Seguimos por la pista y el terreno, casi llano y prácticamente liso, permite disfrutar de la ruta de forma apacible sin exigir grandes esfuerzos. Al llegar al cauce del arroyo de Salares hacemos una pequeña parada.
Antes de llegar a un cortafuego que baja por el cerro, a unos 4 kilómteros del comienzo del carril, tomamos un camino que sale a la izquierda de la pista y que comienza a ascender por la loma antes nombrada. Este camino presenta mayor pendiente que la que hemos subido hasta ahora. Inmediatamente, tanto por las características del terreno como por la pendiente se reconoce este camino diferente.
con esta pendiente ascendemos más rápidamente. Los tramos que se orientan hacia el este presentan unas espectaculares panorámicas del resto de la cordillera pudiendo ver el extremo oriental de la sierra de Alhama.
La arboleda es predominantemente de pino carrasco, resinoso y salgareño. Pero si nos fijamos aparecen ejemplares aislados, en los claros de los pinares, de encinas y algarrobos.
Constantemente vamos subiendo y el pedaleo es exigente. El grupo va disgregándose y cada uno va buscando su ritmo de ascensión pues el camino no permite relajarse. En los primeros tramos se suceden las curvas en U zigzagueando para sortear la fuerte pendiente.
El paisaje es cada vez más sobrecogedor pues, según va ganándose altura, las panorámicas abarcan más cantidad de sierra y los montes se hacen más pequeños acentuando la sensación de altura.

Llegamos a un bifurcación en la que continuamos por el camino de la derecha que parece tener menos pendiente. Visto después el recorrido sobre el mapa, aunque la subida es más larga por él, la ascensión es menos dura pues rodea un cerro para luego pasar por el Collado de Manolo Gil. Enlaza después con el camino que más abajo descartamos, que hace la misma ascensión pero directamente por una cordal de la sierra por lo que su pendiente es mayor.
Continuamos subiendo y la pendiente sigue siendo pronunciada y el camino casi no ofrece respiro al pedaleo, que va haciéndose más fatigoso con la acumulación de los kilómetros. Estos tramos son sinuosos y van superando el desnivel con eses de curvas muy cerradas que atraviesan el cortafuegos que discurre por la arista del cordal.
Los tramos finales requieren un último y tenaz esfuerzo pues, al cansancio acumulado que agarrota las piernas, se añaden las pendientes que en algunas zonas superan el 13%. Finalmente alcanzamos la pista que recorre la cordillera en su parte más alta. En una distancia horizontal de algo más de 3100 metros hemos ascendido unos 750 metros. La distancia recorrida total de subida ronda los 6.2 kilómetros con una pendiente media superior al 10%. La subida ha discurrido entre los límites de los municipios de Sedella, Salares y Canillas de Albaida.
Al llegar comprobamos que todo este esfuerzo es recompensado por el entorno que ofrece la cima de la sierra. Giramos a la izquierda, dirección oeste y, a través del túnel que forman las copas un pequeño grupo de pinos carrascos, adivinamos un paisaje que va emocionando según va abriéndose la visión superados los árboles.
La inesperada emoción que me causa este lugar, el estremecimiento creciente provocado por el frío y el sonido áspero y feroz del viento, me producen una sensación de desconexión, de irrealidad, que percibo como reciente y renovadora.
Este paraje se llama Las Llanadas de Sedella y se encuentra a unos 1600 metros de altitud a caballo entre los términos municipales de Sedella y Alhama de Granada, es decir, entre las provincias de Málaga y Granada. Forma una especie de collado muy extenso entre el Pico La Maroma y el Cerro de Santiago y es lugar de pastoreo para cabras, ovejas y vacas de las cabañas de la zona.
Al fondo, detrás de las nubes, esta la cumbre más alta de la sierra, el pico Maroma o La Maroma, que es como se le conoce, aunque su verdadero nombre es Pico Tejeda. Y es que, cerca de él existe una sima que se usaba como pozo de nieve, al que se bajaba con unas cuerdas gruesas llamadas maromas. Gentes procedentes de Córdoba se asentaron en la zona y con el seseo predominante en su habla, en contraposición al ceceo de la zona, fue produciéndose un error de pronunciación y terminando en la confusión de sima de las maromas, la del pozo, por el pico. Es el pico montañoso más alto de la provincia de Málaga con 2069 metros de altitud.
Rápidamente, nada más terminar de comer, retomamos la marcha. Antes de dejar este sorprendente lugar, lanzo una mirada más pausada hacia el norte. Es una lejana panorámica de un fragmento de la parte sur de la Vega de Granada. Las nubes que parecen querer tocar el horizonte, solo dejan ver una delgada franja de cielo. El viento, que ahora me da de cara, sopla sin cesar pero racheado, alternándose ligeras brisas con ráfagas más intensas, pero siempre frío.
Regresamos al cruce por el mismo sendero y me detengo para contemplar el lugar en un intento de retener las sensaciones. Los compañeros se adelantan y, tras la elevación frente a mi, desaparecen sus figuras y los sonidos de sus pedaladas.
Una última mirada para observar este sugestivo paisaje; al fondo, en el centro, el Cerro de Santiago, de 1657 metros de altitud.
En el cruce al que llegamos antes tras la larga subida, continuamos por la pista que va hacia el este. Esta discurre por el cordal principal de la sierra cruzando alternativamente el límite provincial entre Málaga y Granada; recorre casi la totalidad de la cordillera.
La grandiosidad del entorno produce una sensación combinada de admiración e inquietud. A la par que se disfruta de su belleza se intuye un íntimo sentimiento de vulnerabilidad. Superado el Cerro de Santiago nos encontramos con el Cerro de Albucaz de 1735 metros de altitud. Estamos ahora dentro del municipio de Canillas de Albaida.
Las compactas y apretadas masas boscosas de pino negral, pino carrasco y algunas sabinas aparecen dispuestas como alfombras echadas sobre las desnudas faldas de los montes.
Seguimos descendiendo con una suave pendiente, atravesando los pinares que antes vimos a lo lejos. Estas pistas y caminos ya discurren por la parte del parque natural que corresponde a la Sierra Almijara.
Unos de estos pinares por el que pasamos, en el Collado de los Carneros, presenta un aspecto atípico. Al contrario que los que hemos dejado atrás, la copas de estos espigados pinos que la forman, están extrañamente despejadas de agujas y con muchas ramas desnudas y afiladas a modo de púas. Los troncos aparecen cubiertos de líquenes que, reflejando la luz indefinida, contraponen su verde menta con el rojo ladrillo de las agujas caídas. Aquí ya no sopla el viento y el silencio inunda este cabalístico lugar.
A partir de aquí la pendiente va aumentando y el descenso se hace más rápido. Bajamos en los primeros tramos por el cordal del ramal del Barranco de la Mina. Atravesamos un par de veces el cortafuegos y los últimos tramos, muy revirados y de cerradas curvas, descienden por el circo de El Nevazo. Estos tramos exigen mayor atención en la conducción y la inercia de la bajada empuja a no detenerse.
Pero es inevitable hacerlo pues hay rincones que ofrecen maravillas como este magnífico nogal que se abre esplendorosamente en este claro del pinar. Un sentimiento de solemne respeto, como el que inspiran las majestuosas catedrales, surge al contemplar un ser como este, resultado de la prodigiosa relación que mantiene con la roca y el sol.
El nogal es una árbol caducifolio de crecimiento lento y parecer ser originario del Medio Oriente o quizás Europa oriental. Su copa puede alcanzar hasta los 30 metros de altura y vivir más de 500 años. Produce el fruto seco de la nuez y una de las maderas más apreciadas en ebanistería. Su nombre científico 'Juglans Regia' proviene del latín: 'Jovis glans', bellotas de Júpiter y 'Regia' por su majestuoso porte.
Llegamos a la cota de 1350 metros, encontrando aquí la Fuente del Vivero del Nevazo. Toda esta parte sigue estando dentro del término de Canillas de Albaida en la zona central del parque.
Afortunadamente todo el recorrido restante se realiza en ligera bajada y un terreno liso y limpio. El cansancio hace que lo hagamos relajadamente disfrutando de nuevo del entorno que se muestra sombrío y fresco.
Vamos avanzando por el carril y volvemos a encontrarnos con el mar que brilla blanco e intenso 980 metros más abajo. La montaña nos ha parecido inmensa, pero desde aquí el mar es inabarcable, y el concepto de tamaño desaparece. Estamos ahora en una zona llamada Loma de los Llanos y la orientación de la siguiente panorámica es suroeste.
Nos acercamos al enlace con la carretera. Dejando atrás la cañada del río Salares, a la vuelta de una curva, se divisa ya Sedella.
Llegamos a la MA-4105 a la altura de Salares y la tomamos ahora con dirección a Sedella. En este punto hay una curva hacia la derecha que al superarla se tiene una vista directa del macizo montañoso de La Maroma, o mejor dicho, del Pico Tejeda. Contemplándolo desde aquí se entiende la enigmática inquietud que se experimenta en la cima, la perturbación que produce, como cuerpo celeste o piedra magnética, la vasta masa de roca bajo nuestros pies.
La vista de la luminosa fachada de Sedella remata la excursión. Posada en dos suaves lomas, este pueblo parece tener su su origen en una fortaleza, ya desaparecida, donde se albergaban señores de la época y una alquería que los mozárabes llamaban Xedelia. En el siglo XV, ya tomadas por los cristianos varias plazas de la Axarquía, Sedella se convierte en un lugar de relevancia estratégica en la defensa fronteriza con los territorios aún en posesión árabe.
La leyenda, en ocasiones más sugerente que la historia constatada, cuenta que en la época de las conquistas cristianas hubo una cruenta batalla en las inmediaciones del pueblo y que al hablarle de este suceso a la reina Isabel la Católica ella respondió: "Se de ella".
Fuentes consultadas:
· Cartografía del Centro Nacional de Información Geográfica
· "Vegetación del Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama (Málaga- Granada, España)"; Andrés V. Péres Latorre, David Navas Fernández, Oscar Gavira, Gonzalo Caballero y Baltasar Cabezudo; Universidad de Málaga 2004
· Artículo " Tejeda es el pico más alto de la provincia de Málaga"; 2 de abril de 2008, Raquel Garrido en diario Málaga Hoy
· "Guía Oficial del Parque Natural Sierras Tejeda, Almijara y Alhama. Colección Cornicabra"; Manuel Clavero Salvador, Dirección General de Espacios Naturales y Participación Ciudadana. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.
· WEB "Conoce tus Fuentes", Instituto del Agua de la Universidad de Granada
· "Conocer Málaga. Guía cultural y turística de la Capital y sus pueblos", Prensa Malagueña S.A. Diario Sur
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