Ruta San José - Cabo de Gata - San José

    Salida 1                                                              Distancia: 30,45 km / Duración: 3,02 h   

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    Hoy ha sido la primera ruta que he hecho por el Parque Natural de Cabo de Gata y espero no sea la última. Me ha guiado y acompañado José Antonio, que vive en San José y sale casi todos los días a montar y conoce estos lugares al detalle, y además, se encuentra a mucha gente conocida con la que se para a charlar y comentar, encuentros que siempre me resultan muy enriquecedores. Como no me he traído mi bicicleta a Almería, José Antonio me ha dejado una suya que no me queda muy grande y el pedaleo no se me hace incómodo.

    Hemos salido desde su casa y atravesando la parte llana del Campillo del Genovés y dejando atrás la preciosa playa de Mónsul hemos empezado a subir a la altura de Cala Carbón por una pista que bordea un par de cerros hasta que se encuentra con una carretera asfaltada. En este punto está el Faro de la Vela Blanca y desde él se desciende a una zona más llana desde donde se accede a la Cala Rajada. Bordeando a la derecha el Cerro de Enmedio, llegamos a la altura del Faro de Cabo de Gata donde me he detenido para fotografiarlo, no tanto el edificio como la pintada que se leía en una de sus paredes "Te quiero Ana Belén". Y es que últimamente me conmueven este tipo de mensajes con los que, en cierto modo, empatizo y hago míos.

    Sin llegar hasta Cabo de Gata y nos hemos quedado en la Almadraba donde hemos hecho una parada en un restaurante para tomar una cerveza y descansar. Tras un rato de charla hemos retomado el camino para volver por la misma ruta. Como yo aún no tengo bastantes piernas para no fatigarme en exceso en recorridos largos recorridos o para subir determinadas pendientes, me las he visto y deseado para subir el tramo hasta el faro de Vela Blanca. Superado este duro ascenso, el resto ha sido más cómodo pues todo era bajada.  

    Aunque yo conocía la carretera, la Almadraba y todos los parajes del parque que hemos atravesado con la bici, no ha dejado de admirarme la hipnótica belleza del conjunto que forman la monda y amarronada roca con el luminoso azul del mar. La cadencia de la bici, cuando el cansancio no es lo único que hay en tu mente al pedalear, te permite, te induce a observar por donde vas de otra manera.  

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Bokerón Montaraz